La degustación de mezcal se refiere al goce o disfrute de las características que componen esta bebida. El grado de apreciación personal y la asociación de los aromas, sabores y demás bouquet, dependerán en gran medida de la cultura gastronómica y las vivencias de cada persona.
Resulta difícil describir el perfil de un mezcal, si aquellos a quienes se desea transmitir la experiencia no cuentan con referencias que los vinculen a la características del producto.
Resulta importante considerar el ambiente donde se desarrolla la degustación, misma que no debe confundirse con una cata. La degustación busca el placer, en tanto que la cata requiere de condiciones más específicas y de un ambiente controlado para poder cumplir con su objetivo.
Los objetivos de la catación pueden ser de tres tipos: descriptivo, de preferencia, o de diferenciación. Los catadores o panel de catación deben conocer bien el producto. El proceso en el que esta se desarrolla suele ser riguroso; y frecuentemente culmina con un análisis estadístico que le confiere validez a los resultados. Es común que derivado de un club de degustación se llegue a formar un panel de catación.
Entre la limitantes que existen entre los nuevos consumidores están:
Falta de vocabulario descriptivo
La alta graduación de la bebida
Ya se ha mencionado anteriormente que el mezcal es una bebida que puede ser elaborada a partir de una gran diversidad de especies de agave; principalmente potatorum, karwinski, angustifolia, rodacantha, marmorata y convallis, por mencionar los mas comunes.
Apesar de las dificultades para brindar una descripción precisa de los atributos que conferidos al mezcal, únicamente por la especie de agave empleada, a continuación se mencionan algunas características.
Los atributos encontrados en mezcales de especies de agave karwinski son notas frescas y herbáceas.
Los tobalás por su parte, presentan sabores dulces y ligeramente frutales. Algunos mezcales elaborados con maguey mexicano pueden poseer sabores y aromas notablemente más marcados a hierba y
Los mezcales reposados y añejos en barricas quemadas reportan notas amaderadas pero también de caramelo y nuez, e inclusive de chocolate.